viernes, 15 de febrero de 2008

El Álamo

La primera película que recuerdo haber visto es El Álamo, un western sobre la independencia de Texas de México. La película, creo que la única dirigida por John Wayne, y en la que se jugó su dinero produciéndola, es de 1960. Así que, o bien, se estrenó con bastante retraso en España, cosa que no acabaría de ser extraño, o bien, la ví en uno de esos cines de reestreno que tanto habían por nuestra geografía.

La película en cuestión no deja de ser una apología del patriotismo de unos héroes dispuestos a dar la vida por su patria, convirtiéndolo en una cuestión de honor y hombría, como en la escena en que tras la invitación del general Santa Ana a abandonar el sitio a los no-combatientes, un casado que duda en irse acaba siendo empujado por su mujer a quedarse porque "es tan hombre como pueda serlo cualquiera de vosotros... y es su deber". En el film, todo está sobredimensionado, desde la exaltación del patriotismo hasta el número de muertes del bando mexicano pasando por los actos de heroicidad de sus protagonistas. Por si eso fuera poco, por todos lados rezuman discursos moralistas. Además se tergiversa la realidad. En otra de las escenas, un negro al que uno de los protagonistas acaba de conceder la libertad (recordemos que la esclavitud era legal en Estados Unidos hasta su abolición en 1865), al adquirir esta libertad decide quedarse porque ahora que tiene "derecho a decidir lo que quiera hacer, me parece que para eso estan luchando ustedes, así que creo que me quedo"... cuando uno de los problemas que tenían los tejanos con su integración en México era que allí la esclavitud era ilegal. Aunque en la película apenas aparece mencionado, se trata de una sublevación alentada por los Estados Unidos contra la soberanía legítima de México, con acciones como el contrabando de armas o el envío de soldados y oficiales haciéndose pasar por "colonos" o "voluntarios".

El asedio a El Álamo, una antigua misión española transformada en fuerte que tuvo lugar en los 12 días anteriores a la batalla definitiva del día 6 de marzo de 1836, acaba en tragedia, lo que le da una mayor dimensión heroica y mítica.

La acción, que se centra en los tres comandantes rebeldes transformados en héroes, también se encuentra tergiversada. Travis (Laurence Harvey), el coronel al mando, murió al poco de iniciarse la batalla. Bowie (Richard Widmark), un aventurero mercenario con intereses especulativos en la región, murió de tuberculosis, o tifoidea, unas horas antes del inicio de la contienda. El tercero de ellos, Crockett (John Wayne), oficial estadounidense al mando de una milicia de voluntarios de Tennessee, y que en la película lucha hasta el final, en realidad lo encontraron las tropas mexicanas escondido entre las mujeres. Todos estos detalles fueron difundidos por The History Channel en un documental llamado "Recordando El Álamo".

2 comentarios:

charada dijo...

Vaya, vaya, con los americanos, siempre tergiversando la historia a su gusto y antojo. Es lo que tiene ir de potencia libertadora, garante de las libertades humanas, y defensora de la democracia; que siempre tienes que ser el bueno.
Que sí, que estoy contigo. Que tienden a mitificar al ejército norteamericano en los westerns (véase “Murieron con las botas puestas”), la guerra de Corea (films que en su mayoría pasaron sin pena ni gloria) o la segunda guerra mundial (os acordáis de ese bodrio llamado “Pearl Harbour”? ji, ji,). Sin embargo, es comprensible y necesario que así sea, pues la política norteamericana siempre se ha servido de su poderosísimo ejército para hacer valer sus posiciones. Además, la industria armamentística da dinero, de manera que hay que promocionarla. Por otra parte, no hay que olvidar que históricamente el ejército estadounidense ha gozado de bastante popularidad entre los ciudadanos a quienes, pobres, no dejan de azuzar con todo tipo de miedos internos: intervencionismo estatal, subida de impuestos, negros y/o hispanos; y externos: comunismo, socialismo, islamismo, ataques masivos, etc.
Pero EEUU también es ese país en el que se han filmado las películas antibelicistas más interesantes. Películas que han cuestionado el uso de la violencia y han denunciado los estragos que causa en aquellos que participan directa o indirectamente de los conflictos bélicos. El cazador (a pesar de que los guerrilleros del Vietcong no salgan bien parados), La delgada línea roja, Apocalipsis now, Platoon, Senderos de gloria (producción de la United Artist) o incluso Taxi driver son una buena muestra de ello.

Pero lo genial del cine norteamericano es que incluso con películas que no tienen ninguna veracidad histórica uno puede pasar un buen rato o no?

gusito dijo...

Ciertamente, no hemos de despreciar muchas cosas estupendas que vienen de Estados Unidos, y entre ellas está el cine. A pesar de que gran parte del cine bélico y de westerns realiza una función propagandística "qué buenos somos los americanos, qué malos son los demás", la verdad es que en algunas cosas son realmente buenos. Así que estoy completamente de acuerdo contigo, incluso en esas películas de dudosa veracidad histórica uno puede pasar un buen rato, que al fin y al cabo es una de las funciones del cine, el entretener.